La tradición.

Mi amigo Enzo, arquitecto, carpintero y gran degustador de sabores siempre me recomendó que al cocinar un plato yo debía tratar de mantener su mismo sabor siempre.

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lunes, 11 de enero de 2010

Pizquita: un caldito recuperador.


PIZQUITA, así llamo yo a esta sopa inspirada en la PIZCA ANDINA.
No hay nada más reconfortante que una buena sopa después de una noche de parranda, para restaurar las energías que invertimos en el disfrute de una jornada larga de encuentro con las amistades, en las que compartimos no solo la charla amena sino que también bailamos, comemos y bebemos más de la cuenta. En ese momento de la “resaca” uno está sin voluntad para concentrarse en nada, uno sabe que si hace la sopa y se la toma se va a sentir muy pero que muy bien! Pero cuanta pereza! Solo de pensar en todo lo que hay que hacer…!

Entonces aquí viene una fórmula de pocos pasos, pocos ingredientes, los que por lo general siempre tenemos en casa y sin ninguna complicación. Solo hay que superar un instante la desgana y en pocos momentos se deja montada una deliciosa y sencillísima sopa que yo llamo “pisquita” porque está inspirada en la fabulosa pisca andina, desayuno habitual de la gente que trabaja en el campo en esas latitudes, ingesta que les proporciona toda la vitalidad y energías necesarias al organismo para la ardua labor de sol a sol, sin ser para nada de prolongada ni difícil digestión lo que daría pesadez al cuerpo para laborar, y en nuestro caso del día después de la fiesta, para seguir durmiendo!

Para preparar una pisquita necesitas montar la olla con agua el doble de la cantidad de sopa que quieres que te quede al final, bastante cebolla picada en cuadritos, ajoporro y cebollín en rueditas finamente picadas, ajo apenas machacado, abundante papa picada en dados no muy pequeños y bastante cilantro picado menudito distribuido en tres montoncitos para agregar uno al iniciar la cocción, que durará por lo menos 1 hora, otro a la mitad de la misma y el tercero al final cuando ya vas a apagar el fuego. Estos ingredientes se pueden sofreir antes o bien agregar directamente al agua de la cocción, le das un hervor y agregas la papa y dejas cocinar por un buen rato a fuego medio, como una hora. Cuidado no se te vaya a secar mucho, yo siempre reviso y muevo mis cocciones cada veinte minutos, que es cuando la química de la preparación me da un golpe de olor diferente.

Entre la cebolla, el cilantro y la papa debe haber una buena medida de proporcionalidad en cuanto a su abundancia, en relación con los demás ingredientes hasta se puede prescindir de ellos, no así de los primeros que son la base de la pisca andina; la medida de la que hablo es esa que justamente viene dictada por el corazón de cada quién, de adentro de uno mismo, por la sazón que cada uno pone en práctica a lo largo de la vida en el trabajo cotidiano frente a la cocina de la casa.



La pisquita se puede, no mejorar porque ella sola ya es lo mejor, pero sí sabrosear con orégano, comino y laurel, salsa inglesa o de soya; usando de base un caldo de gallina, pollo, carne de res, de pescado o de cualquier bicho sabroso que te guste y tengas ya listo; agregándole pedazos de tocineta frita, cubito de pollo o algo de un sobre de sopa de pollo y fideos, o ponerle algo de fideos de trigo y si éstos son de arroz, se convierte en una especie de sopa china criolla.

Opcionalmente y al final de la cocción, puedes sabrosearla aún más agregándole trocitos de queso blanco semiduro, huevo y/o algo de leche, poco a poco y moviendo la sopa con el cucharón continuamente; finalmente ya para apagar el fuego, se le pone el montoncito de cilantro picadito que se reservó, se apaga y se tapa. La sal se pone una poca al principio y se rectifica al final de la preparación; la pimienta es al gusto.
Chupe da gallina peruano

Como se aprecia, es más lo que escribí que lo que en realidad cuesta hacer una pisquita bien sencilla, pocos ingredientes, de fácil preparación en donde quien trabaja es el fogón mientras uno sigue reposando el trasnocho, consiste tan solo en darse un pequeño impulso para montar el agua con la olla, picar rápidamente los ingredientes, cocinar meneando cada 20 minutos la pisquita y darle el toque final cuando se va a bajar del fuego, para luego degustar tan deliciosa sopa que te va a revitalizar de todas esas energías consumidas en la parranda, de manera que te acondiciones para bien recuperarte y empezar de nuevo lo que quieras hacer, te puedes ya imaginar el fluido tonificante que va a recorrer tu cuerpo desde el primer sorbo, sentirás el calorcito de los brazos de mamá cuando eras infante y te abrazaba porque sentías miedo, para darte confianza y seguridad, adormecerá tus sentidos obligándote a un reposo inmediato, profundo y absolutamente recuperador.

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