La tradición.

Mi amigo Enzo, arquitecto, carpintero y gran degustador de sabores siempre me recomendó que al cocinar un plato yo debía tratar de mantener su mismo sabor siempre.

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viernes, 11 de diciembre de 2009

Las hallacas, sumun de nuestra cultura venezolana



Las Hallacas comienzan a hacerse en el mercado. Lo mejor es irte bien temprano para un mercado que conozcas muy bien, que aprecies por la frescura de sus productos y que se ajuste a los precios más económicos del momento para la venta al detal. La prensa local publicita buena información acerca de los precios de venta de los alimentos y en sus diferentes opciones: mercados mayoristas y minoristas, supermercados, ofertas anunciadas por los comercios y las ferias especialmente organizadas para hacer más accesibles los ingredientes de las hallacas a la economía del grupo familiar.

Los venezolanos movemos cielo y tierra para hacer nuestras hallacas y para servirlas como el plato principal de nuestra cena navideña, nos identifican a los venezolanos como herederos de una misma cultura. 

Mi sobrina y mi nieta comiendo hallaca con pan de jamón



En la gastronomía venezolana es muy importante repetir y conservar el sabor que debe tener cada plato de nuestra culinaria. Sería interesante investigar el origen y la evolución de la presencia de esta actitud generalizada, que establece cánones en cuanto al sabor que esperamos encontrar al degustar los platillos caseros. Porque, sin duda, los venezolanos le damos mucha importancia al comer bien y sabroso; nos enorgullecemos del buen gusto que tenemos y somos muy exigentes con la comida. Es evidente en las hallacas la presencia de este rasgo de nuestra cultura, que se repite en las conductas personales y nos condiciona una actitud ante el sabor, compartida y celebrada, y la importancia de esta expresión cultural en épocas navideñas, la hallaca, a la hora de definirnos como pueblo con identidad cultural.
La masa tendida en la hoja con cuchillo nos dan como resultado final una hallaca con su masa muy fina, como telas finas envolviendo guiso y adornos

Durante las fiestas decembrinas, acostumbramos visitar y ser visitados por nuestros familiares y amigos para desearnos alegría, paz y felicidad y aprovechamos estas ocasiones para intercambiar nuestras hallacas. Para nosotros es un placer enorme brindarlas, es un motivo más para identificarnos y unirnos y no debemos permitir que ninguna práctica acabe con las expresiones que dan fuerza a la consolidación de nuestra identidad cultural.


Además de ello, pienso en la significación que puede tener en y el sentido que le puede dar a la evolución del pueblo, la conciencia que se tenga sobre las manifestaciones de la cultura conocidas por toda la ciudadanía, expresión que encierra sentimientos, espiritualidad, conocimientos y experiencia en la cocina, técnicas específicas de trabajo durante todo el proceso de manufactura, recetas que cada familia y cada región respeta y repite rigurosamente años tras años, de generación en generación, incluyéndose cada uno en un espacio compartido, expresión atinada del concepto descrito por todos y cada pueblo: 
“… nosotros somos los hombres y los demás hombres son los otros hombres.” 

a partir de una comida única que se caracteriza por ser preparada, en especial, para su consumo durante la fiesta religiosa más importante del mundo cristiano y con el fin de de ser el alimento que vamos a compartir.


Cuando alguien me dice que la mejor hallaca que se ha comido es la mía, yo le contesto que dice eso porque no ha probado la de mi madre, Trina Isabel Martínez de Carrillo, a quien no le doy ni por los talones en cuanto se refiere a la mejor hallaca. Así serían las de mi abuela, Trina Guinand de Martínez!

La Hallaca



Es un plato que se prepara artesanalmente.

Requiere del trabajo continuo de 3 ó 5 personas durante 3 días. Consiste en un pastel elaborado con una masa de maíz "pilao"  amasada con agua, sal, manteca de cochino onotada y caldo de gallina.

Masa que cuando está en su punto, se tiende finamente sobre una hoja de plátano, se rellena con un guiso suculento muy elaborado que lleva diferentes caldos, todos los aliños propios de la sazón venezolana y carnes de cerdo, res y gallina. El guiso se adorna con delicateses, para luego cerrar y envolver cuidadosamente  formando el pastel dentro de su hoja. Por último, se amarra con hilo pábilo. Se cocinan todos los pasteles juntos en agua hirviendo por una hora, se ponen a escurrir y se reposan. 

Se pueden conservar en la nevera por varios días, hasta un mes si los cocineros tienen buena mano.

cada vez que se van a comer se calientan por unos minutos en agua hirviendo, se abren y se sirven

Y la familia disfruta de nuestra tradición con la sazón




y aquí yo...para que me conozcan.

2 comentarios:

  1. no soy venezolano pero he vivido un tiempo en caracas son muy ricas las hallacas deverian hacerlas en casa y provarlas me encantan.
    me gustaria que me pasaran las medidas de la receta para 10 personas y poderla hacer

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    1. Roberto Para 10 personas lo mínimo tienes que hacer 25 hallacas por si alguuien quiere repetir. En http://irenecarrillom.blogspot.com/2009/12/las-hallacas-de-mi-mama.html está la receta con los ingredientes para 100 hallacas. Calcula la cuarta parte de los ingredientes y te saldrán unas 25 piezas. Te recomiendo leer cada una de las entradas sobre las hallacas porque en ellas te doy el paso a paso de su elaboración

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