La tradición.

Mi amigo Enzo, arquitecto, carpintero y gran degustador de sabores siempre me recomendó que al cocinar un plato yo debía tratar de mantener su mismo sabor siempre.

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sábado, 26 de diciembre de 2009


Envoltura , "  amarrado"  y cocción de los bollos.

Una vez que mezclaste muy bien los ingredientes para los bollos, es decir: la masa, el guiso y el resto de adornos picaditos; sabroseaste el conjunto agregando los demás aliños, es decir, manteca de cochino onotada, caldos de gallina y res, salsa inglesa, papelón, vino, mostaza, vinagre, salsa picante "Tabasco", sal, pimienta negra, pimentón rojo seco molido etc., etc.,

te sientas de nuevo en tu mesa y al igual que cuando fuiste a envolver y amarrar tus hallacas, dispones de tus hojas, en este caso tus segundas hojas ordenadas y limpias como ya sabes hacerlo, el pabilo, las tijeras y
un pañito de cocina limpio y humedecido para que te ayude a mantener aseado tu lugar de trabajo.

Colocas cuatro o cinco hojas que te sirvan de base de apoyo para trabajar.

Toma una cantidad de la mezcla con el cucharón con el que preparaste el guiso, tiene la medida ideal porque es grande y es de madera, la colocas en el centro de la hoja

recuerda que debes trabajar sobre la cara de la hoja por la que sobresalen las venas paralelas perpendiculares a la vena principal de la hoja.


Para envolver une los bordes de la hoja, o unes punta con punta, dobla sobre sí misma la hoja hasta donde se encuentra la mezcla y envuelves, dando forma al bollo, doblando cada extremo de la envoltura hacia arriba, al contrario de la de hallaca, en la que las hojas se doblan hacia abajo para cerrar la envoltura.

Si es necesario, envuelves el bollo dentro de otra hoja y le pones una faja. A veces, si la hoja está muy buena, la fajita no hace falta. Se amarra igual que la hallaca sólo que en vez de dar tres y tres vueltas de amarre, se le dan dos y dos.

Igualmente si quieres hacer unos bollos picantes debes distinguirlos amarrando una cintica de hoja a la amarra de pabilo, o unir de dos en dos con un pabilo a los bollos más picantes y así se sabe cuáles son.


Se cocinan en la olla con el agua a la mitad y bien caliente, a la que se le agregó un puño de sal, de 30 en 30 unidades más o menos.

Cuando el agua está hirviendo a borbotones, con los bollos adentro, se tapa la olla con algunas hojas, se le dan 15 minutos, se voltean los de abajo para arriba y los de arriba para abajo y cuando está el agua de nuevo hirviendo bastante se cuecen por 15 minutos más.

Se sacan de la olla y se ponen a escurrir y a reposar hasta el día siguiente o que estén ya fríos, en el lavaplatos o la batea, para entonces guardarlos en la nevera.

Cuando se van a comer se sacan de la nevera, se calientan en el agua hirviendo con algo de sal, por unos 20 minutos, dependiendo del tamaño del bollo, debe preveerse que se calienten también en el centro porque caliente es como es más agradable comer el bollo.

Los bollos son muy ricos como pasapalo, picado en pedacitos para trinchar con un palillo o tenedorcito,


A mi me gustan mucho en el desayuno, con huevo frito y queso llanero.

Hay gente que gusta más de los bollos que de las
mismas hallacas.

Y me ha pasado igual que cuando los estoy haciendo,y es que vengo ya tan cansada de escribir esta receta que al igual que cuando se elabora, al llegar a los bollos uno trabaja apurado y de cualquier manera, ya que el bollo no requiere de tantos mimos como los que exige la hallaca,

para terminar de una vez con el trabajón de los 3 días.

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